Sobre qué?... cualquier cosa, música, filosofía, poesía, y lo que sea que se nos venga a la cabeza.

sábado, 19 de junio de 2010

Un año después....

Hace exactamente un año publiqué el primer post de este blog. Fue el inicio de un proyecto que siempre me llamó mucho la atención ejecutar, hasta que finalmente me decidí a hacerlo. En todas las entradas a lo largo de este año he querido llevar mi "pontifical" mensaje con música, palabras propias y ajenas, de grandes poetas, escritores, y filósofos. Varias personas han dejado sus opiniones, a veces me las hacen llegar por otros medios; es gratificante saber que personas que nunca pensé se tomarían un rato para leer esto.

Para conmemorar este hecho, he querido hacer una breve reseña de lo que he escrito este año. Quiero aclarar que no es un poema, ni siquiera es un intento de ello; simplemente me pareció interesante organizar las palabras de un modo diferente, dado que son cortos extractos de ideas y frases ya presentadas antes.

Cada instante, por pequeño que sea, algo está cambiando, algo está sucediendo, gracias a ese hecho el universo es lo que es. Soy un convencido, de que la belleza que hay en el mundo no está en los hombres, sin embargo, esa propiedad de cambio también habita en nosotros y me hace pensar que tal vez algún día lo haremos.

Quiero llamar las palabras de un gran escritor que acaba de irse, y responderán a reacciones que sé, algunos han tenido a lo largo de las entradas anteriores y probablemente tendrán hoy.

"Los únicos interesados en cambiar al mundo son los pesimistas, porque los optimistas están encantados con lo que hay... Sí, soy pesimista, pero yo no tengo la culpa de que la realidad sea la que es" (José Saramago).

En este año he leído, escrito, aprendido, clamado....

Que Sisyphus recorre feliz su montaña maldita,
sólo porque su ignorancia no le permite ver más allá,
desde las montañas del averno arrastra su carga,
con la imagen de una falsa meta ante sus ojos.

Que las esperanzas se terminan y empiezan a dar paso,
a la inherente lucha por no odiar lo demasiado humano.
Que el hombre esta condenado a sufrir su tormento,
mientras decida liberarse de las dulces cadenas del apego.

Que más allá del mar significa un vacío infinito,
y las niñas de las fábulas se convirtieron en leyendas vivas.

Que nuestro sitio de recreo es un lugar inviolable,
al que la ilusión y los sueños jamás podrán tocar.

Que los poetas están condenados a la soledad infame,
haciéndose pobres y solitarios mientras esparcen su riqueza;
el ofrecer su corazón no les sirve de nada, en tanto
no haya nada de intrínseca existencia que regalar.

Que no hay tristeza en los árboles al caer el día y
en el lago de las miserias es preciso más que alzar la mirada,
y mientras miramos correr el mundo, conviene medir
cuánto duele vivir a aquellos que se afanan por seguir en pie.

Que las cosas simples, y otras no tanto, las devora el tiempo
y sólo el soberbio desea mares cuando no hay más que arroyos.

Que el infierno de Dante se encuentra esparcido en la tierra,
y que en nadie habita un cielo mayor que su infierno.

Que a los muertos de una felicidad inexistente, debemos
respeto y sinceras disculpas por semejante osadía, pues
tal vez hoy rememoran su propio deceso, a manos de
una lucha por la existencia donde la batalla está ya perdida.

Que el corazón de la tierra y los suyos está hecho de oro,
y el interminable combustible de los mártires es el miedo.
Que sólo en el verso encuentra su bálsamo el alma marchita
cuando el viento juega y canta bajo la brillante bóveda.

Que no hay más que una torpe y sobrevaluada vida sin libertad,
y de dicotomías está hecha el alma de los hombres necios.

Que al final del mundo, en la isla habitada por el eremita,
hay días buenos, días malos y aún días con esperanza.

Que los adiós en la vida de un hombre existen en número
como afluentes alimentan las serpientes desgarradoras de tierra,
y la última ironía será ver pasar esta otrora repudiada sensación,
su aliento libertario, victoriosa sobre el eufemista hasta pronto.

Que los dioses sin templo se convierten en hombres,
y en las tierras desconocidas habitan nuestros recuerdos;
que no por mucho avanzar se amanece más cerca del sol...
y a cambio de muros puentes deben ser construidos.

Que el desbalance entre el ser y el desear ser, lleva a la
destrucción del único ser amado por el hombre necio, él mismo.

Que turistas de almas hemos sido, visitadas y abandonadas,
condenadas al álbum de recuerdos cuando se hacen inútiles.

Que el silencio es la fría lápida cubriendo las esperanzas,
y bajo su rigidez se deshacen en polvo los sueños más vivos,
es el asesino de la verdad y el descubrir, armado solamente
con la mordaza del miedo, las cadenas del odio, y los lazos de la ignorancia.

Que el ahorcado pagó con su vida, fue condenado a terrible maldición,
por gozar de la escasa bendición de ver más allá de lo legal,
con los mismos ojos aún muerto brillantes, y descubrir que el hombre,
no es más que un compuesto de incurable soledad y añadiduras.

Que la comedia se presenta una y otra vez, que siendo tan natural
convitiose en la puesta en escena diaria, sin esperar aplauso alguno.

Que en el "milagro", el "misterio" y la "autoridad" se encuentra
el secreto de la dominación de los pobres y miserables seres,
que buscan encontrar un ser ante quien inclinarse,
y el sumiso rebaño, arrojará la leña a su propia hoguera.

Que todos nacimos un día en el cual dios estaba enfermo,
porque sólo el dios de un hombre necio puede enfermarse;
hombres vanidosos y mezquinos, de metafísica vacía, que sobre todo,
saben, y no saben que la luz es tísica, y la sombra gorda.

Que todos hemos sido hombres que deseamos jamás volver a ser,
o jamás hemos sido aquello que tanto hemos anhelado, que
a veces lo único que resta es odiar lo que otros odian,
y cuando aman, acercarse a robar un poco y amar lo que aman.

Que con mil promesas se adhieren nuestras vidas entre sí,
cuando en realidad es simple olvidar y continuar el camino.

Que el olvido está lleno de recuerdos, el sufrimiento presente
desde el primer aliento contaminante, y el cotidiano vivir
no es más que un instante entre un millón de otros iguales,
cada cual bailando el compás que le hace sentir posible al ser,
que puede dejar de asistir a su propio funeral, por el hecho de
engañarse creyendo en la existencia de la redención.


Y bueno, algo para escuchar. Para la canción de hoy no conozco a nadie que no disfrute de ella, debe haberlos por millones claro, pero al menos, yo no he tenido la mala suerte de encontrar uno. Se trata de un tema más que clásico de la banda Led Zeppelin, llamado "Stairway to heaven". Dado que un tema recurrente aquí ha sido la esperanza, como dice al inicio el señor Robert Plant: "Creo que esta es una canción sobre esperanza".




Pdta: Estos post salen como notas en el facebook, el post original se encuentra aquí.