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miércoles, 5 de mayo de 2010

Sobre lo inefable e inevitable

Lo inefable es aquello que no puede ser explicado con palabras, que llegado un punto el sistema de símbolos por el cual está constituido nuestro lenguaje es insuficiente a la hora de representar conceptos o aconteceres de sus mismos creadores. Por otro lado, lo inevitable es aquello de lo cual no podemos pasar de largo y de uno u otro modo nos vemos abocados a afrontarlo.

El día de hoy conmemoro 2 años de un acontecimiento que a la fecha debo catalogar como inefable e inevitable y sin lugar a dudas, cambió mi vida para siempre. Hay hechos en la vida de una persona que no pueden ser evitados, no por acción de un destino o los hilos conductores de una deidad que no tiene nada mejor que hacer más que jugar con sus marionetas; los hechos en la vida de una persona son inevitables, sencillamente porque el camino que sigue le conduce a ellos, una simple relación de causalidad. Lo verdaderamente inefable de la situación, es el motivo que nos lleva a recorrer estos caminos, máxime cuando de verdades está lleno el mundo, tan grandes y poderosas que ni el mayor de los necios se atrevería a ponerlas en duda.

Hay mil demonios que es inevitable afrontar, que aparecen una y otra vez a lo largo de nuestra vidas, nuestra conducta nos ubica frente a ellos. Lo inefable lo constituye el hecho de nuestra aversión a aceptarles y recibirles con los brazos abiertos. Sus lecciones deben ser aprendidas, para al final modificar o reafirmar el curso, pero por regla general el odio, el miedo o la ignorancia, en que nos encontramos inmersos nos lleva una y otra vez a huir.

Quisiera poder explicar por qué el nacimiento, la enfermedad, la muerte, aún la vida misma, son dolorosos, simplemente así es. Qué lo produce, todos lo sabemos, cómo eliminarlo, también es conocido, inefable el por qué no seguimos ese camino ya perfectamente delineado. Inevitable es envejecer, perder ese narcótico que llamamos juventud; inefable, buscar fórmulas para frenar la insaciable bestia del tiempo. Inevitable es enfrentar la realidad, pensando que con burdas mentiras y banales juegos se pueden esconder las consecuencias de las acciones realizadas. Inefable, sentir que podemos dejar de asistir a nuestro propio funeral, por el hecho de engañarnos creyendo en la existencia de la redención.

La Rochefoucauld presenta una excelente frase:

"Hay personas que nunca se habrían enamorado si no hubieran oído hablar nunca del amor..."

No hay mejor ejemplo de algo tan inevitable e inefable como éste. Un concepto que nadie puede explicar, y todos saben lo que representa; su vanidad, hipocresía y egoísmo, pero su carácter inevitable es dulcemente abrumador. Al fin de cuentas, quién no ha oído hablar de él?

Sobre mi efeméride, sus lecciones eran necesarias, debía descender al infierno nuevamente para eliminar lo inefable por medio de lo inevitable, para destruir el mito, para abrazar los demonios que me esperaban tras muchos años. No se podía evitar, pues a veces diferentes caminos conducen a un único lugar.

Para concluir un bello poema que lleva por título "Lo inefable", de la escritora Uruguaya Delmira Agustini.

Lo inefable

Yo muero extrañamente...No me mata la Vida,
no me mata la Muerte, no me mata el Amor;
muero de un pensamiento mudo como una herida...
¿No habéis sentido nunca el extraño dolor

de un pensamiento inmenso que se arraiga en la vida,
devorando alma y carne, y no alcanza a dar flor?
¿Nunca llevasteis dentro una estrella dormida
que os abrasaba enteros y no daba un fulgor?...

Cumbre de los Martirios!... Llevar eternamente,
desgarradora y árida, la trágica simiente
clavada en las entrañas como un diente feroz!...

Pero arrancarla un día en una flor que abriera
milagrosa, inviolable!... Ah, más grande no fuera
tener entre las manos la cabeza de Dios!

Delmira Agustini

Como es costumbre dejo una buena canción para alegrar un par de corazones. En esta oportunidad traigo a uno de los grandes maestros de la música latino americana. Se trata de Facundo Cabral, quien imprime su profunda crítica a la sociedad y religión en su obra. El tema lleva por nombre "Yo no vendo yo no compro". Dedicada a los que creen que es posible comprar o vender conceptos como felicidad, amor, alegría, tristeza.

Yo no vendo yo no compro - Facundo Cabral



Pdta: Estos post salen como notas en el facebook, el post original se encuentra aquí.

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